Natalia López Sánchez
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Arqueología | Presencial
Fenicios en digital. Las nuevas tecnologías al servicio de la investigación histórica-arqueológicaEdificio Constitución Tomasa Palafox Cádiz | 9.30 a 11.00 horas
Formación
En el instituto tuve una profesora de Historia que provocó mi entusiasmo por esa asignatura. Además, el mundo antiguo siempre ha sido mi preferido, sobre todo la cultura fenicia debido a nuestros orígenes. Tras bachiller, me matriculé en el grado de Historia en la Universidad de Cádiz y así comenzó mi interés por la arqueología terrestre y subacuática. Actualmente, debido a la oportunidad de especializarme con el máster y gracias al actual contrato que me ha permitido seguir aprendiendo en la misma universidad así como colaboración en el extranjero.
Graduada en Historia en junio de 2015 por la Universidad de Cádiz con el trabajo final de grado titulado “La necrópolis fenicia de Cádiz del siglo VI a. C.”, bajo la tutoría de la doctora Ana María Niveau de Villedary y Mariñas. Durante los años de grado, he participado en excavaciones internacionales como la organizada por el Dr. Patrizio Pensabene de la Universidad de La Sapienza (Roma), en la Villa romana del Casale en Piaza Armerina (Sicilia) así como con grupos y empresas arqueológicas de la ciudad de Cádiz en intervenciones locales.
De igual modo, mi aprendizaje en la ciencia arqueológica siguió aumentando durante el año de colaboración en el laboratorio de la Facultad de Filosofía y Letras junto con la profesora Ana María Niveau. Asimismo, mi inclinación hacia la arqueología subacuática se proyectó tras varios cursos de formación al respecto (con temáticas muy variadas, desde la utilización de técnicas arqueológicas y documentales bajo agua a el estudio
de arqueología náutica e historia marítima) y a partir de mi participación como arqueóloga en 2016 en el proyecto “El contexto arqueológico subacuático de La Caleta y su entorno (Cádiz): puertos y pecios vertebradores de una ciudad y un territorio”, dirigido por el Dr. Xavier Nieto.
Con posterioridad, mi formación siguió aumentando con la realización del Máster en Arqueología Naútica y Subacuática de la Universidad de Cádiz. Máster muy selecto en cuanto a sus integrantes, debido al número de plazas muy reducido (30), la alta ponderación exigida y su demanda internacional, puesto que se trata de uno de los pocos estudios postgraduales con título oficial para la material. Finalicé este Máster con el estudio titulado “El santuario costero de Astarté en Gadir”, cuyos resultados han sido difundidos en diferentes congresos.
Tras varias campañas de excavación en 2017, tanto terrestres (Yacimiento de Pani Loriga-Cerdeña y yacimiento La Draga-Bañolas) como subacuáticas (Yacimiento lagunal de La Draga-Bañolas y Pecio Arapal-Sancti Petri), en diciembre de este mismo se llevó a cabo mi contratación en la Universidad de Cádiz, asociada al grupo de investigación HUM-509 “Phoenix Mediterranea:” en calidad de PDI, a través de las plazas ofertadas por la Plataforma del Sistema de Garantía Juvenil.
Actualmente, formo parte de diferentes proyectos como el titulado “Estudio Paleogenético de la población de origen fenicio de Gadir-Gades (Cádiz, España)”, un estudio internacional en el que participan además de la profesora Ana María Niveau, el profesor Pierre A. Zalloua de la Universidad Americana del Líbano, y la profesora Elizabeth Anne Matisoo-Smith de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda); o el estudio llamado “Análisis de materiales y estudio antropológico de restos óseos procedentes de las intervenciones llevadas a cabo en el solar de San Severiano No 10 (Antigua casa cuartel de la Guarda Civil) y viales periféricos en Cádiz durante los años 2010-2017”.
He participado en campañas arqueológicas en el Museo de Sant’ Antioco (Cerdeña), en el yacimiento de Mozzia (Sicilia), Ampurias, Menorca y Malta (pecio de Xlendi) así como la presentación de pósteres y ponencias en congresos internacionales.
Un día en la vida de un científico
La vida de un arqueólogo es dura. Desechad de vuestra mente de inmediato la imagen romántica y las falsas imágenes que nos han transmitido la literatura y el cine, nadie ha infringido más mal a la Arqueología que Indiana Jones (aunque nos haya hecho disfrutar con sus aventuras). El arqueólogo no busca tesoros (y muy pocas veces los encuentra), el objetivo del arqueólogo es reconstruir nuestro pasado con las fuentes que tiene a su alcance. Si los historiadores de épocas más recientes se basan fundamentalmente en las fuentes escritas, en los documentos que se custodian en los archivos, los arqueólogos nos tenemos que limitar a los restos materiales, que son muy abundantes, pero que hay que saber leer, pues no solo los objetos nos aportan información sobre el pasado también los contextos en los que se encuentran estos objetos.
Por eso la formación y el trabajo de los arqueólogos son complejos, hay que estar familiarizados con la metodología de excavación, del registro de los hallazgos, de los materiales característicos de cada cultura, etc. Y la reconstrucción de todo este proceso también es largo. Las excavaciones se planean con antelación, no se excava en un lugar cualquiera intentando “descubrir” algo, se excava donde realmente sabemos que hay restos antiguos, puede ser una ciudad, una necrópolis, un templo o por que no, un basurero, uno de los contextos que más información nos ofrecen. Para llegar a los niveles con restos arqueológicos hay que quitar mucha tierra, traducido a un lenguaje más comprensible: detrás del pincel hay mucho pico y pala. Y además el trabajo no termina cuando acaba la excavación, es más, casi se podría decir que es entonces cuando empieza.
Por eso es tan importante la recogida de datos en el campo. No solamente recuperamos los objetos, hay que tomar muestras de tierras y sedimentos, diferenciar las diferentes capas que hemos ido retirando, dibujar las estructuras y los hallazgos, tomar medidas de referencia, etc. Todo ello con vistas a poder reconstruir luego en el laboratorio el contexto original que, esto es importante, ya no existe, puesto que cuando excavamos destruimos y trasladamos de su lugar original el registro.
En el laboratorio se estudian los materiales recuperados y se analizan los restos recogidos con el objetivo de reconstruir los modos de vida de las sociedades que los generaron: el medio ambiente en el que vivieron (con restos de polen por ejemplo), lo que comían (análisis arqueozoológicos y arqueobotánicos), etc.
En la actualidad, existen diversas herramientas y técnicas que permiten visualizar los yacimientos arqueológicos antes de ser excavados. Una de ellas es la tecnología LiDAR (Light Detection and ranging), basada en sensores láser que se despliegan desde el aire o mediante unidades portátiles. Cuando los láseres iluminan la zona que se quiere estudiar, emiten breves pulsos de luz. Se mide el tiempo que tardan esos pulsos en reflejarse en el instrumento, y cada medición se traza mediante GPS. Posteriormente, mediante algunos determinados programas, en el ordenador podemos ver si en el subsuelo del terreno se reflejan estructuras enterradas.
Tras este estudio fotogramétrico, es cuando planteamos la excavación, pues a pesar de que en las imágenes LiDAR se visualicen estructuras, calles, etc., no es hasta después de excavar y estudiar los materiales cuando podemos definir el momento cronológico y la cultura o civilización a la que pertenece dicho yacimiento.
Toda esta labor, enfocada a la reconstrucción de la vida en el pasado, sin embargo, en muchos casos no terminan de llegar a la sociedad en general. Los arqueólogos algunas veces pecamos de solo hablar para nosotros mismos, y esto es un error. Por ello, desde hace ya algunos años, aunque venimos aplicando las nuevas tecnologías en el proceso de investigación, hemos potenciado la difusión de los resultados mediante la aplicación de nuevas tecnologías.
Estas nuevas tecnologías aplicadas a la reconstrucción de espacios y contextos arqueológicos, nos ayudan a abrir ventanas al pasado por las que poder acercarnos a cómo vivían estas sociedades. Desde las fotografías procesadas de forma conjunta para obtener un modelo tridimensional de los espacios u objetos arqueológicos, hasta el modelado 3D de estructuras, todas estas herramientas obtenidas de la industria audiovisual y sobre todo del mundo del videojuego, está revolucionando la forma de comunicar que tenemos los resultados en nuestra disciplina.
Aficiones
Pese a todo ello, los arqueólogos, o, al menos, gran parte de ellos, somos gente normal. Cuando no estamos excavando o encerrados en el laboratorio llevamos una vida lo más corriente posible, nos gusta leer, ir al cine, a la playa, de excursión… eso sí, tenemos la manía de andar siempre mirando al suelo.
Centro o departamento
Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Grupo HUM-509. Universidad de Cádiz
Línea de investigación en la que trabaja actualmente
- Arqueología del paisaje marítimo y terrestre en época fenicio-púnica. Estructuración urbana, política, administrativa y cultural del territorio
- El uso de SIG aplicados a los estudios de paisajes
- Arqueología funeraria y del culto
- Proceso Histórico/Arqueológico en Andalucía Occidental desde la Prehistoria a época medieval
- Arqueometría
- Virtualización del patrimonio histórico-arqueológico
- Educación patrimonial y su didáctica
- Formación del profesorado en ciencias sociales y metodologías activas
- Divulgación, difusión y transferencia de la Historia y del Patrimonio Histórico-Arqueológico.
- Recuperación del papel de las mujeres en la Antigüedad