Cada vez más utilizamos dispositivos electrónicos para conectarnos a internet, consultar noticias, redes sociales, hablar con amigos, etc., pero, además, también realizamos compras, transacciones y consultamos nuestro historial médico, por ejemplo. En estas tareas diarías, es necesario que el sistema que se esté utilizando se encuentre muy protegido dado que se trata de información privada. Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que sólo nosotros podamos consultar nuestros datos médicos, o realizar compras con nuestra tarjeta de crédito? Para ello, entre otra muchas técnicas, la biométria parecer ser la más prometedora y unequívoca. La biométria no es más que el uso de medidas biológicas para el reconocimiento humano. Algunos de los rasgos biométricos que más se utilizan son las huellas dactilares y el rostro, pero hay muchos otros desconocidos pero prometedores, como las venas. Todos estos rasgos biométricos son diferentes entre cada uno de nosotros, por lo tanto, mediante algoritmos, podemos obtener las características que nos hacen más distintivos y utilizar estas características para verificar nuestra identidad digital. Mediante el uso de la biométria, la seguridad de cualquier sistema incrementa enormemente puesto que, nadie nos puede robar nuestro dedo, rostro o venas. De esta forma, podemos comprobar que eres quien dices ser en internet o en cualquier dispositivo y asegurarnos, que solamente nosotros podemos realizar tareas tan delicadas.