Formación

Nunca soñé con ser científica de pequeña pero ¿cuándo me picó el bicho de la ciencia?

De pequeña estudié en el Santa María de los Apóstoles. Al principio no contemplaba siquiera estudiar una carrera pero al terminar la ESO digamos que me quedé con ganas de seguir aprendiendo y estudiando. Hice el Bachillerato de Ciencias de la Salud sin saber muy bien a qué me iba a dedicar y al segundo decidí que quería ayudar a personas que lo estaban pasando mal, así que decidí estudiar Psicología.

Al principio de la carrera ya sabía que había elegido bien. Pero al final… cuando estaba acabándola me di cuenta de que lo que realmente quería era no dejar de estudiar, que me fascinaba saber el por qué de las cosas, que todo se me quedaba corto en cuánto al conocimiento se trataba y descubrí una carrera en la que nunca se pararía de “estudiar”, la investigación, por eso hice un máster y empecé el doctorado. Este camino está siendo la mejor elección de mi vida.

Un día en la vida de un científico

En mi vida científica normalmente voy al laboratorio, evalúo pacientes, reviso algunos artículos, comparto con mis compañeros sobre nuestras investigaciones… Cada día hay algo nuevo que hacer, todos los días tengo tareas diferentes. Sin duda lo que más me gusta es evaluar pacientes para tener datos para mis investigaciones y analizar esos datos. Es la mejor manera de descubrir cosas nuevas y conocer mucho sobre un aspecto: hacerlo tú misma. Hay días que tenemos congresos en los que llevamos lo que hemos encontrado en nuestras investigaciones y las explicamos a mucha gente. Viajamos por muchos sitios explicando qué estamos investigando.

Aficiones

La verdad es que siempre tengo una afición nueva que me gusta hacer, digamos que me gusta probarlo todo aunque lo principal es: escribir poesía, dibujar y bailar. He llegado a actuar como bailarina en la Compañía Lírica Andaluza, una gran experiencia.

Centro o departamento

Departamento de Psicología y Laboratorio de Psicofisiología