Leonor Santos Ruiz
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Biología celular | Presencial
Titanio, cerámica, vidrio… y células: El taller de reparación de huesosCamino del Jardín Botánico, nº 3 - 29014 Málaga | 10:00
Formación
Estudié Ciencias Biológicas en la Universidad de Málaga (UMA), y me especializé en Biología Animal. También en la UMA hice la tesis doctoral, sobre regeneración de órganos en peces y anfibios. Durante mi tesis pasé un tiempo en Londres, en el Institute of Child Health (ICH), un instituto perteneciente a la UCL (University College of London), pero localizado en un hospital para niños, el Hospital for Sick Children, más conocido como ‘el hospital de Great Ormond Street’ o ‘el hospital de Peter Pan’. Este lugar ha marcado sobremanera mi forma de ser como científica. Volví al ICH después de la tesis, como parte de mi formación postdoctoral; que también me llevó a Génova, a otro Instituto Universitario también enmarcado en un hospital (Istituto Nazionale per la Ricerca sul Cancro). En 2005 volví a la Universidad de Málaga y fui investigadora de la Red Española de Terapia Celular, y del CIBER-BBN (Centro de Investigación Biomédica en Red), a la vez que Profesora Asociada de la Universidad de Málaga. Como aprender no para nunca, entre 2014 y 2015 pasé ocho meses en Bologna, en el Instituto Ortopédico Rizzoli, referencia mundial en Traumatología y Cirugía Ortopédica. En 2019, tras más de quince años como investigadora, decidí dar al salto a la Academia y ahora soy profesora a tiempo completo en la Universidad, lo que me ha dado la oportunidad de aprender mucho de los estudiantes, y de confiar firmemente en el futuro.
Un día en la vida de un científico
Mi día empieza con una ducha, como la de todo el mundo, seguida de una batalla de miradas entre la ropa del armario y yo, mientras intento responder a la pregunta de siempre: ¿Y hoy qué me pongo?
Superado este escollo, conduzco al trabajo y desayuno allí. Me gusta desayunar en el bar de la Facultad porque me da oportunidad de encontrarme con colegas de otros departamentos, a los que no vería si no fuera porque ellos también desayunan en el bar. Es un momento perfecto para echar unas risas y para enterarse de lo que se cuece. Es importante relacionarse con la gente si uno quiere ser científico. Especialmente con gente disciplinas científicas distintas a la tuya. Las ideas más innovadoras suelen surgir cuando hablas con gente de campos distintos.
Después del desayuno me llevo un segundo café a mi despacho, para irlo disfrutando despacito mientras trabajo en el ordenador. Desde hace unos años, casi todo mi trabajo ocurre en el ordenador. Es una de las ventajas/desventajas de crecer y convertirse en investigador senior. En vez de hacer los experimentos tú mismo, con tus manos, los diseñas para que los hagan tus doctorandos y técnicos de laboratorio. Y una vez hechos analizas los resultados, los interpretas, y llegas a conclusiones, que te servirán de punto de partida para diseñar nuevos experimentos.
Así pues, mi día transcurre entre tele-comunicarme con mis colaboradores, fuera y dentro España, para coordinar el trabajo que hacemos juntos; buscar bibliografía y estudiarla (es fundamental leer artículos para estar al día en tu campo); reunirme con mis doctorandos y técnicos para discutir experimentos; preparar las clases e impartirlas; atender a los estudiantes; escribir patentes; escribir artículos; buscar nuevas convocatorias de financiación; escribir proyectos para concurrir a esas convocatorias (esto es una odisea por la que hay que pasar, al menos, un par de veces al año, y que requiere muchísimo trabajo); escribir informes para los organismos que te financian…
Y luego, por supuesto, están los fuegos. Esas labores que surgen todos los días de forma inesperada y que, si te descuidas, te roban el día entero. Ejemplo: se ha roto un aparato y hay que decidir si arreglarlo o comprar uno nuevo. Hay que buscar la empresas que lo fabrican, contactar con los representantes, negociar, decidir la compra, gestionar el pago, recibir el aparato, instalarlo, comprobar que el funcionamiento es correcto…
Entre las labores de investigación y gestión, rara vez salgo de mi despacho. Pero no soy partidaria de que los científicos se alejen demasiado del laboratorio, de modo que, en cada proyecto, reservo siempre un pequeño objetivo de cuya parte experimental me encargo yo. Eso me da la oportunidad, de vez en cuando, de ponerme de nuevo la bata y volver al laboratorio y el cacharreo.
Aficiones
Me gusta leer y me gusta escribir. Me gusta escuchar a la gente que sabe contar buenas anécdotas. Me gusta el cine y, no lo voy a negar, me gusta la tele. Me gustan los documentales sobre Historia, las series jocosas como “The Big Bang Theory”, o las de intriga como “Ley y Orden”. Me encantan las series de Matt Groening, sobre todo ‘Futurama’. Soy muy aficionada a la música, prácticamente a toda: desde la clásica a Coldplay, desde el Soul y el R&B hasta la ópera. También me gusta mucho caminar, si es por el campo, mejor. Me gustaba acampar, pero hace mucho que no lo hago. Y, por supuesto, me gusta quedar con mis amigos
Centro o departamento
En la Facultad de Ciencias de Málaga.
Línea de investigación en la que trabaja actualmente
- Desarrollo y evaluación de nuevos biomateriales para reparación de hueso
- Desarrollo de tratamientos con células madre para reparación de hueso
- Desarrollo de prótesis personalizadas, en particular para la región craneofacial
- Estudio de malformaciones esqueléticas humanas (enanismo, craneosinostosis…) y búsqueda de nuevos tratamientos para tratarlas, basados en ingeniería de tejidos.
- Estudio de nuevas terapias para el osteosarcoma.