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Fotografía de Ana Belén Tinoco Pérez

Ana Belén Tinoco Pérez

Universidad de Cádiz

Formación

Soy de San Fernando, cañaílla, y estudié en el colegio Reina de la Paz. Siempre que los profes me preguntaban qué quería ser de mayor, les decía que quería ser como Jacques Cousteau, el oceanógrafo más famoso del mundo, que hacía los documentales de la vida marina más impresionantes. Cuando llegué al instituto La Constitución ya lo tenía clarísimo: después de la selectividad iba a matricularme en la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de Puerto Real, en la Universidad de Cádiz (UCA).

Mientras aún estaba en la carrera, hice unas prácticas en el IFAPA El Toruño, en El Puerto de Santa María. Allí colaboré en la investigación de especies emergentes en acuicultura en ese momento como la hurta y el pargo. En 2005, después de licenciarme, me fui a vivir a Madrid y empecé a trabajar en control de calidad y medio ambiente para empresas. Sin embargo, ese trabajo no me terminaba de gustar, así que me apunté al máster de la UCA, ACUIPESCA: Recursos Marinos y Sostenibilidad. Para terminar el máster, volví a El Toruño, donde investigué las condiciones de cultivo de otra especie emergente en acuicultura, la corvina.

Gracias al máster, en 2008 conseguí una beca predoctoral del ministerio para la Universidad Complutense de Madrid, donde me doctoré investigando las señales que regulan la ingesta en el carpín dorado y la trucha. Ya con el título de doctora en 2016, empecé a trabajar como investigadora postdoctoral en la Universidad Queen Mary de Londres. Estuve casi 6 años allí, investigando el comportamiento alimentario de las estrellas de mar. En 2022 volví a mi tierra y ahora estoy en la UCA como investigadora postdoctoral, investigando cómo usar la luz para mejorar el cultivo del erizo de mar.

Un día en la vida de un científico

En el mundo de la investigación, siempre estamos en movimiento. Hay un montón de tareas que hacer: desde experimentar y procesar muestras, hasta analizar datos y leer bibliografía relacionada con nuestro proyecto. También tengo que preparar documentos para compartir lo que hacemos, como artículos científicos y publicaciones en redes sociales, ¡sin olvidar toda la burocracia que viene con eso!

Por eso, cada viernes me tomo un tiempo para planificar la semana siguiente. Intento encajar todos esos trabajos en los días que tengo. Generalmente, empiezo mis días revisando la agenda para no dejar nada en el tintero y revisando el email, que es una herramienta clave para conectar con otros investigadores y grupos. Lo genial de la comunidad científica es que casi todos estamos súper abiertos a colaborar y ayudarnos entre nosotros.

La primera hora del día la dedico a completar los documentos más urgentes que me piden desde la UCA y a hacer pedidos de laboratorio. Si tengo que procesar muestras, me levanto temprano porque los protocolos requieren bastante tiempo y tienen pocas pausas. Cuando tengo planeado hacer otras tareas que requieran menos tiempo seguido trabajando, me encanta preparar un té y desayunar con mis compañeros en la terraza de la cafetería del CASEM, siempre que el clima lo permita, claro.

Por las tardes, después del almuerzo, aprovecho para trabajar en el ordenador, escuchando música, revisando los datos de las muestras con las que estuve trabajando por la mañana, leyendo más bibliografía o escribiendo artículos científicos. ¡Siempre hay algo que hacer y aprender!

Aficiones

A veces, ser científico puede ser bastante demandante (no todo es color de rosa), así que para relajarme me encanta dar un paseo por la playa. Ver el mar me recuerda lo maravilloso que es vivir en mi tierra. Además, disfruto mucho haciendo crochet y knitting; es una actividad que me ayuda a desconectar la mente (porque mientras cuentas puntos, no piensas en nada más). Y lo mejor es que me siento súper orgullosa de llevar ropa que he hecho yo misma, ¡aunque me lleve un siglo terminarla!

Cuando vivía en Londres descubrí mi pasión por la jardinería y cultivar vegetales desde semillas. Aunque ya no tengo jardín, todos los meses de febrero siembro algunas semillas para regalar a familiares y amigos. También, cuando puedo, intento ir a yoga para relajarme un poco más. Pero no todo es relax: me encanta el Carnaval de Cádiz, ir a conciertos y ver películas de terror con mi familia (me encanta Halloween) acurrucados en el sofá de casa.

Centro o departamento

Departamento de Biología de la Universidad de Cádiz

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

Mi investigación se enfoca en el estudio del sistema circadiano del erizo de mar común. Los ritmos circadianos son ciclos de aproximadamente 24 horas que ocurren en los seres vivos. Estos ritmos ayudan a regular diferentes procesos en el cuerpo, como el sueño, la alimentación y el crecimiento. En mi estudio, investigo cómo los ritmos diarios de ciertos genes afectan el crecimiento de las gónadas, que son las partes del erizo que nos comemos.

Además, estoy trabajando para mejorar el cultivo del erizo de mar. ¿Cómo lo hago? Manipulando esos ritmos circadianos usando diferentes colores de luz. Esto puede ayudar a que la gonada del erizo crezca mas rápido y sea de mejor calidad.

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