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Fotografía de Ana María Niveau de Villedary y Mariñas

Ana María Niveau de Villedary y Mariñas

Universidad de Cádiz

Formación

Mi interés por la Historia y en concreto por la Arqueología fenicio-púnica, empezó desde muy pequeña, prácticamente desde el colegio. Recuerdo con cariño y admiración a mis profesoras de Historia de 3º de B.U.P. en el I.E.S. Wenceslao Benítez (San Fernando) y de C.O.U. en el Colegio San José-Las Esclavas (Cádiz), en gran parte responsables de que decidiera estudiar la carrera de Historia, pese a la “mala prensa” que siempre ha tenido, por las escasas salidas profesionales que se le ha achacado. Quizás por ello, me empeciné desde muy temprano en ser arqueóloga y dedicarme a la investigación de lo que realmente me gustaba, el pasado fenicio-púnico de mi ciudad. Tuve la suerte de contar con maestros excepcionales, que me permitieron participar en sus proyectos de investigación desde que era estudiante: José Ramos Muñoz, Lola López de la Orden y Diego Ruiz Mata, director de las excavaciones del Castillo de Doña Blanca. Este último fue el director de mi Tesis Doctoral y el tutor de mis becas predoctoral y post-doctoral en la Universidad de Cádiz. Esta formación se completó con una Beca Post-doctoral en la Universidad italiana de Viterbo, donde trabajé a las ódenes de Sandro Filippo Bondì, catedrático de Arqueología fenicio-púnica y otro de los grandes especialistas mundiales en el mundo fenicio. Con posterioridad he disfrutado, también en la UCA y de forma previa a mi incorporación definitiva a la plantilla de esta Universidad, de un contrato de doctora dentro del Programa “Ramón y Cajal”, considerados como la élite de los investigadores, que no siempre llevan batas blancas y tubos de ensayo, sino que como se puede observar también nos dedicamos a las Letras, a la Historia y a la Arqueología. He excavado en diversos yacimientos fenicios del Mediterráneo: Nora, Utica, Mozia y en la actualidad dirijo el Grupo de Investigación PHOENIX MEDITERRANEA. Investigación, Difusión y Transferencia del Patrimonio Histórico-arqueológico y Cultural de Andalucía Occidental (https://hum509.uca.es/)

Un día en la vida de un científico

La vida de un arqueólogo es dura. Desechad de vuestra mente de inmediato la imagen romántica y las falsas imágenes que nos han transmitido la literatura y el cine, nadie ha infringido más mal a la Arqueología que Indiana Jones (aunque nos haya hecho disfrutar con sus aventuras). El arqueólogo NO busca tesoros (y muy pocas veces los encuentra), el objetivo del arqueólogo es RECONSTRUIR nuestro Pasado con las fuentes que tiene a su alcance. Si los historiadores de épocas más recientes se basan fundamentalmente en las fuentes escritas, en los documentos que se custodian en los archivos, los arqueólogos nos tenemos que limitar a los restos materiales, que son muy abundantes, pero que hay que saber leer, pues no sólo los objetos nos aportan información sobre el pasado también los contextos en los que se encuentran estos objetos. Por eso la formación y el trabajo de los arqueólogos son complejos, hay que estar familiarizados con la metodología de excavación, del registro de los hallazgos, de los materiales característicos de cada cultura, etc. Y la reconstrucción de todo este proceso también es largo. Las excavaciones se planean con antelación, no se excava en un lugar cualquiera intentanto “descubrir” algo, se excava donde realmente sabemos que hay restos antiguos, puede ser una ciudad, una necrópolis, un templo o por que no, un basurero, uno de los contextos que más información nos ofrecen. Para llegar a los niveles con restos arqueológicos hay que quitar mucha tierra, traducido a un lenguaje más comprensible: detrás del pincel hay mucho pico y pala. Y además el trabajo no termina cuando acaba la excavación, es más, casi se podría decir que es entonces cuando empieza. Por eso es tan importante la recogida de datos en el campo. No solamente recuperamos los objetos, hay que tomar muestras de tierras y sedimentos, diferenciar las diferentes capas que hemos ido retirando, dibujar las estructuras y los hallazgos, tomar medidas de referencia, etc. Todo ello con vistas a poder reconstruir luego en el laboratorio el contexto original que, esto es importante, ya no existe, puesto que cuando excavamos destruimos y trasladamos de su lugar original el registro. En el laboratorio se estudian los materiales recuperados y se analizan los restos recogidos con el objetivo de reconstruir los modos de vida de las sociedades que los generaron: el medio ambiente en el que vivieron (con restos de polen por ejemplo), lo que comían (análisis arqueozoológicos y arqueobotánicos), etc.

Aficiones

Pese a todo ello, los arqueólogos, o, al menos, gran parte de ellos, somos gente normal. Cuando no estamos excavando o encerrados en el laboratorio llevamos una vida lo más corriente posible, nos gusta leer, ir al cine, a la playa, de excursión… eso sí, tenemos la manía de andar siempre mirando al suelo…

Centro o departamento

Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Cádiz

LABAP (Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la UCA)    

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

Protohistoria de Andalucía Occidental.

Reconstrucción de los modos de vida de la Cádiz fenicio-púnica: alimentación, vida cotidiana, mujer

Arqueología subacuática

Paisaje Marítimo Cultural fenicio-púnico

Mundo funerario y ritual. La necrópolis y sus ritos. Entre ellos el análisis de los restos óseos de los sarcófagos antropomorfos sidonios del Museo de Cádiz

Cultura material púnica. Estudio de la cerámica

Historia de la Investigación y revisión historiográfica crítica