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Fotografía de Ana Rosa Diánez Martínez

Ana Rosa Diánez Martínez

Universidad de Sevilla

Formación

Por la profesión de mi padre, de pequeña me ha tocado ir de colegio en colegio, tanto que, segundo de primaria lo cursé en tres colegios distintos de tres pueblos de la provincia de Cádiz. Bachillerato y COU lo estudié en el IES Pedro Muñoz Seca, en El Puerto de Santa María.

Después me vine a Sevilla a estudiar en la facultad de Matemáticas. Soy doctora en Matemáticas desde el año 1994 e imparto docencia en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura desde el año 1993.

Un día en la vida de un científico

Mi día a día no es nada espectacular, pero a mí me encanta. Elegí la profesión más bonita del mundo: aprender y enseñar. Todos los días te levantas con un montón de planes que van desde seguir indagando sobre esos datos a cómo cuento tal tema en clase para llegar a mis estudiantes. Vivo pegada a un ordenador. El ordenador me ayuda tanto en mi investigación como en mi docencia.

Ahora mis hijas son mayores, pero cuando eran pequeñas y me necesitaban de forma continua, el formato de mi trabajo me ha permitido estar con ellas.

Aficiones

Me encanta leer, caminar, viajar…estas son aficiones que casi todos decimos cuando nos preguntan. Son ciertas, pero también me gustan los perros.

Tengo dos perros: Vera y Terrón. Vera es una perrita que siempre tiene hambre y Terrón es un marqués, el perro más guapo del mundo. Pero de todas mis aficiones, la que más me relaja es hacer crochet. El crochet, al fin y al cabo, son matemáticas aplicadas.

Centro o departamento

Matemática Aplicada 1 en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura.

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

En estos momentos colaboro con un grupo de investigación que trabaja en temas relacionados con la rehabilitación de viviendas de tipo social. Muchas de las viviendas sociales que se han construido en Andalucía no están bien acondicionadas en relación a lo que ocurre en el exterior de la vivienda.

La envolvente de la vivienda no la protege del exterior. De ahí, la necesidad de buscar modelos que permitan una actuación viable sobre la envolvente de las viviendas existentes para hacer frente al cambio climático. El objetivo es conseguir el confort de una población que está muy afectada por la pobreza energética.