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Fotografía de Antonio Cruces Rodríguez no disponible

Antonio Cruces Rodríguez

Universidad de Málaga

Formación

Nací en Málaga y fui alumno de los Maristas, de Los Olivos y del IES Nuestra Señora de la Victoria (antiguamente conocido como Instituto de Martiricos). Estudié Historia del Arte (1976-1981) a caballo entre la entonces casi recién nacida UMA y la Universidad Literaria de Valencia, donde obtuve mi licenciatura con grado (“tesina”). Trabajé como funcionario técnico de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana (1985-1997), en la Direcció General de Patrimoni Cultural, desarrollé el primer sistema automatizado de inventario de bienes artísticos muebles de la Comunitat Valenciana (SVI) y cursé un máster en Ingeniería Telemática en la Universidad Politécnica.

Cuando volví a Málaga trabajé como funcionario técnico informático en la Delegación Territorial de Educación, cursé el máster en Telemática y Redes de Telecomunicación de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones (2011) y me doctoré en Historia del Arte con una tesis sobre el uso de aplicaciones informáticas y el trabajo con “big data” aplicados al conocimiento de las exposiciones temporales. Obtuve plaza de profesor asociado en la UMA (2012), en el Departamento de Historia del Arte, donde ejercí mi labor docente, simultaneándola con mi puesto de funcionario (obtuve compatibilidad para ello) hasta 2019, fecha en la que me jubilé. En la actualidad continúo formando parte del Departamento de Historia del Arte como profesor colaborador honorario con carácter vitalicio.

Un día en la vida de un científico

Tras mi jubilación la vida cotidiana se me simplificó considerablemente, porque hasta entonces tenía que tratar de bregar con dos jornadas laborales consecutivas: salía de la Delegación Territorial y me iba a la Facultad de Filosofía y Letras para impartir las clases. Parece agotador, pero puedo asegurar que el ejercicio de la docencia universitaria me ha proporcionado las mayores satisfacciones de mi vida profesional.

A pesar del “frenazo” de mi retiro laboral, en realidad, mi agenda nunca ha estado más llena como en la actualidad, y eso se debe a que, si eres investigador, lo eres porque la curiosidad por seguir conociendo nuevas fronteras y de romper los límites alcanzados jamás se extingue, así que sigo trabajando en varios grupos de investigación, en especial, y de manera muy constante, en iArtHis_LAB, del Departamento de Historia del Arte, desarrollando nuevas aplicaciones web para el tratamiento analítico de grandes conjuntos de datos y la obtención de nuevo conocimiento a partir de ello. Hay varios proyectos en cartera, y a día de hoy estamos a punto de presentar uno bastante innovador, que generará –eso esperamos– abundante literatura académica.

Jamás dejes de aprender. Siempre hay algo nuevo, incluso detrás de lo que ya se da por sentado. La esencia de la ciencia es la eterna discusión y el continuo replanteamiento de aquello sobre lo que creemos saberlo todo. No existe nada parecido a la “ciencia establecida” ni el “consenso científico”: un enfoque diferente abre siempre nuevas perspectivas, y muestra caminos, muchas veces inexplorados. Cada proyecto es una aventura ¿Te lo vas a perder?

Aficiones

Además de leer compulsivamente casi todo lo que cae en mis manos (es terrible, lo sé, pero también es inevitable), la música, en especial la clásica, junto con una enfermiza afición futbolera (padezco con el Málaga CF, como en su día lo hice, de la mano de mi abuelo materno, con el CD Málaga), viajar siempre que puedo, ver documentales y pasear, amén de estar a plena disposición de mi esposa y mis dos hijas (sendas ingenieras, una de ellas compañera en labores académicas). Un (casi) inconfesable secreto es la afición por los viejos y excelentes cómics de antiguos dibujantes humorísticos, como Ibáñez, Vázquez o Raf, y me precio de buscarlos y coleccionarlos cuando tengo oportunidad.

Centro o departamento

Dadas mis circunstancias personales, sigo vinculado muy estrechamente al Departamento de Historia del Arte, pero la mayor parte de mi nueva “jornada laboral” se desarrolla en mi domicilio, en mi pequeño despacho, con la inestimable ayuda de mis dos gatos J.

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

La verdadera naturaleza de mi trabajo en el mundo de la investigación está relacionada directamente con el uso de ciertas tecnologías informáticas (gestión de bases de datos, desarrollo de aplicaciones web) para el descubrimiento de conocimiento “escondido” entre las recopilaciones de hechos singulares (por ejemplo, exposiciones artísticas o catálogos de museos y exposiciones) mediante el empleo de recursos analíticos de carácter estadístico o lógico (teoría de grafos, por ejemplo); todo ello siempre intentando utilizar la menor cantidad de artificios que sea posible, mediante tecnologías gratuitas y al alcance de cualquier usuario de un ordenador doméstico sin especiales requisitos.

Básicamente, la idea es buscar respaldo empírico (mediante ensayos, pruebas y hechos) a las teorías desarrolladas para explicar y sustentar algunos fenómenos propios de la Historia del Arte, como el hecho expositivo, el interés de los espectadores en ciertos autores u obras o el papel de la crítica tras la relevancia de algunos artistas.

Soy un seguidor acérrimo de la conocida “lex parsimoniae”, de Guillermo de Ockham (su célebre “navaja”), por lo que, para resolver un problema, trato siempre de buscar el método con menor cantidad de pasos y elementos involucrados y la explicación más sencilla y que menos complicaciones suponga. No se trata de un principio científico infalible, pero habitualmente es el que mejores resultados ofrece. Si puedes construir un muro usando diez ladrillos, no te las ingenies para emplear veinte.

Ah, y otro buen consejo en este mundo de la verificación práctica de conceptos relevantes: “mide dos veces, corta una”. Cada paso que des, confírmalo cuanto sea necesario hasta estar seguro de su validez.