Blanca Garrido Martín
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| Presencial
¿De qué (y cómo) escribían las mujeres? Las cartas privadas del pasadoCITIUS Celestino Mutis Universidad de Sevilla
Formación
Desde muy pequeñita me interesaron mucho los idiomas y, al final, he terminado trabajando sobre mi lengua materna, el español. Todo empezó en serio en la Secundaria y el Bachiller, en el IES Isbilya de Sevilla: me encantaban las clases de Latín y Griego, también de Inglés, y la traducción se me daba muy bien, por lo que, al principio, me planteé estudiar algún grado en Traducción e Interpretación. Sin embargo, pronto me di cuenta de que las asignaturas que más me gustaban eran las más humanísticas, las que contaban la historia de las lenguas y sus hablantes o por qué el español de Andalucía no era el mismo que el de otras partes de España (¡y del mundo!). Así que decidí, finalmente, estudiar Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla, con la convicción de que, para saber más sobre el mundo y otras lenguas y culturas, primero debía conocer más y mejor la mía propia. Tener como profesora de Historia de la lengua española y Etimología y Lexicología históricas a Lola Pons fue para mí un antes y un después: en sus clases me enamoré del estudio de las épocas pasadas de la lengua gracias a los textos en que se ha conservado. Al terminar la carrera, cursé un máster también en la US y empecé, a la vez, una beca para hacer mi tesis doctoral sobre un texto del siglo XV y formar parte del grupo Historia15.
Mientras hacía la tesis, visité otras universidades: fui 3 meses a Lovaina, en Bélgica, 4 meses a Oxford, más recientemente a Brno en la República Checa… A estos lugares fui para trabajar con otros investigadores, conocer otros departamentos, otras maneras de enseñar y tener contacto con otros estudiantes, para complementar mi formación, pero también hacía algo de turismo. Es lo bonito de esta profesión: combinar lo científico y el trabajo (duro) con la calidad y el contacto humanos.
Un día en la vida de un científico
Cuando suena el despertador, lo primero que hago es levantarme por mi café y empezar el día con ciencia y energía. No todos los días tengo clases y normalmente intento que sean por la tarde porque me gusta aprovechar la mañana para otras cosas: ver el correo, atender a mis estudiantes en tutoría, preparar materiales para mis clases y cosas así. Estos días, después del café, cojo la bici (hay que moverse también un poquito) y voy en bici a la facultad, donde tengo un despacho con un ordenador y estanterías con mis libros. Además, ahora me dedico a coordinar las prácticas que los estudiantes hacen en empresas, para que aprendan y se formen no solo dentro de una clase, sino también “en el mundo real” en lo que podría ser su futuro laboral; es una tarea muy bonita, pero requiere mucho tiempo y mucho teléfono para hablar con empresas que puedan gustar e interesar a los estudiantes. Después de comer, suelen empezar mis clases, que imparto con muchas ganas: me encanta ver a los estudiantes y trabajar con ellos, dar explicación a muchas preguntas que nos hacemos en clase sobre el funcionamiento y la historia de la lengua; pero lo que más me gusta, con diferencia, es mostrarles lo que les explico con ejemplos y muestras reales: manuscritos e impresos si son testimonios de la lengua del pasado, grabaciones y textos actuales si hablamos de la actualidad. Si en todo el día no tengo clase, prefiero dedicarlo de manera más temática a la investigación y, generalmente, eso lo hago desde casa: a leer trabajos de otros autores para mis propias investigaciones y avanzar sobre estudios que tengo entre manos. Normalmente estos días no son tantos, pero cuando los tengo, los disfruto muchísimo y cambiar en la semana de actividad limpia y despeja mucho la mente.
Antes de dar por terminado el día, apunto en mi agenda lo que he hecho, lo que no he podido hacer y planifico el día siguiente; así, lo dejo todo listo para empezar la mañana sabiendo qué tengo que hacer, tanto si me quedo en casa como si tengo que salir corriendo dejando el café a medias de camino a la facultad.
Aficiones
Me gusta mucho leer novelas históricas y policíacas. Las series de esta temática son también uno de mis pasatiempos favoritos, cuando quiero despejar la mente y descansar; si puedo, me gusta verlas en versión original, porque, aunque me dedico a la lengua española, me encanta escuchar otros idiomas. Me encanta caminar e ir en bici, visitar nuevos sitios y, sobre todo, probar comidas nuevas.
Centro o departamento
Grupo Historia15. Departamento de Lengua española, Lingüística y Teoría de la Literatura
Facultad de Filología, Universidad de Sevilla
Línea de investigación en la que trabaja actualmente
Actualmente, junto a mis compañeras de Historia15, me dedico a investigar cómo ha evolucionado la lengua española desde su nacimiento hasta nuestros días. Me gusta mucho observar textos antiguos para conocer cómo era la lengua de nuestros antepasados y entender su variación, cómo va cambiando con el paso del tiempo, pero también cuando viajo desde Sevilla a otras zonas hispanohablantes.