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Formación

Desde pequeña me fascinaba la ciencia y descubrir cómo funciona la vida a nivel microscópico. Crecí en un pueblo muy pequeñito, Cortes de la Frontera (Málaga), donde ya disfrutaba de las clases de biología molecular. A veces intentaban desanimarme a seguir ese camino, pero eso solo me hizo quererlo aún más.

Después me mudé a Granada, donde estudié Bioquímica, y más tarde hice mis posgrados en investigación biomédica en Barcelona, especializándome en el desarrollo de nuevos fármacos de origen peptídico. De allí me fui a Ámsterdam (Holanda), pensando que serían solo dos años para aprender herramientas de terapia genética y seguir trabajando con VIH,  para mí, el gran reto, porque después de más de 40 años todavía no tenemos ni una vacuna efectiva ni una cura. Pero el tiempo vuela: llegué joven y ahora, 14 años después, vuelvo no tan joven, pero con mucha experiencia acumulada.

Lo que más me gusta es enfrentarme a nuevos retos y encontrar maneras de superarlos. También me encanta compartir ciencia, porque quiero que veáis que detrás de cada experimento hay personas normales que, con curiosidad y esfuerzo, pueden aportar soluciones que mejoran la vida de otros. Mi trayectoria demuestra que, aunque estudiar y trabajar en ciencia requiere esfuerzo y paciencia, también es una aventura que permite aprender, descubrir y marcar la diferencia en el mundo.

Un día en la vida de un científico

Mi día a día combina creatividad, curiosidad y paciencia. No hay dos días iguales, y cada reto es una oportunidad para aprender algo nuevo y avanzar en la ciencia. Ser científica no significa estar todo el día con bata blanca mirando tubos de ensayo. Cada día es diferente: suelo empezar revisando los resultados de los experimentos y planificando los siguientes pasos. También dedico tiempo a leer artículos científicos para estar al día de los últimos avances y buscar nuevas ideas para mis proyectos.

Como jefa de grupo, parte de mi trabajo también incluye gestionar el laboratorio: pedir nuevos proyectos, organizar recursos y coordinar al equipo. Además, superviso PhD y postdocs, los mentorizo y los ayudo a resolver problemas en sus experimentos y a avanzar en sus carreras. Es una mezcla de ciencia, gestión y enseñanza, donde aprendo algo nuevo todos los días. A veces los resultados no salen como esperábamos, y eso es normal: la ciencia también consiste en aprender de los errores.

Lo que más me motiva es saber que mi trabajo a largo plazo podría ayudar a mejorar la vida de las personas, por ejemplo, buscando nuevas terapias contra virus como el VIH. Cada pequeño descubrimiento es un paso más hacia soluciones reales y concretas.

Aficiones

Aunque paso mucho tiempo en el laboratorio, también me gusta disfrutar de la vida fuera de la ciencia. Me encanta viajar y descubrir nuevos lugares, culturas y sabores.

Centro o departamento

Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra.

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

Mi trabajo se centra en investigar ciertos virus que afectan a los humanos, como el virus de la immunodeficiencia humana (VIH), que causa la inmunodeficiencia, y el virus del papiloma humano (HPV), que puede causar cáncer. En el laboratorio, estudiamos cómo estos virus infectan las células y cómo podemos detenerlos o eliminarlos usando nuevas herramientas de edición genética. Esto significa que podemos modificar el ADN de las células para intentar que el virus no se pueda reproducir y, así, ayudar a curar la enfermedad. Nuestro objetivo es desarrollar terapias que algún día puedan curar estas infecciones, en lugar de solo controlar sus síntomas, y que sean seguras y accesibles para todas las personas que las necesiten.

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