José Manuel García Montes
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Psicología | Presencial
Diálogo abiertoSala Bioclimática UAL | 10 horas
Formación
Inicié mis estudios en el Colegio Palacio de Granda de Oviedo, donde permanecí hasta el momento de pasar a la Universidad. Era un ambiente muy familiar y con un trato muy sano y cercano. Mi primera opción para entrar en la Universidad fue la carrera de Derecho. El primer y segundo año me parecieron interesantes; pero cuanto más profundizaba en el estudio de las leyes, jurisprudencia, normativa europea, etc., menos agradable se me hacía la carrera. Pensé que lo mío no era el Derecho y, al terminar el tercer curso, con muy buenas notas, me cambié a Psicología.
Prometí a mi padre que acabaría Derecho, pero a otro ritmo, y me matriculé en la UNED, a tiempo parcial, para completarla. Fue en ese momento cuando empecé Psicología en la Universidad de Oviedo y me ilusioné mucho. Devoraba libros de psicología (sobre todo de psicología social). Las cuestiones filosóficas que se planteaban en la carrera me parecían muy interesantes y no se me daban mal las cuestiones más técnicas o biológicas.
El último año de mis estudios de Psicología lo hice en la Universidad Estatal de Nueva York, en un pueblecito del noroeste de la provincia de Nueva York que se llama New Paltz. New Paltz era un pueblo precioso con un lago enorme en las montañas y lleno de naturaleza. Me pude ir a Nueva York porque había sido el único alumno que se había presentado a una convocatoria que había lanzado la Universidad. ¡Dos plazas más quedaban desiertas!
Mi inglés era pésimo así que aprendí a base de muchas equivocaciones. Conocía a muchas personas que venían de otros países, especialmente europeos (franceses, italianos, rusos, etc.) y sudamericanos (colombianos en su mayoría). Volvía a España e inicié una beca de investigación con el profesor Marino Pérez que, aunque de aquella no era tan conocido, me pareció una figura que pensaba mucho todo lo que tenía que ver con la vocación que compartíamos. Juntos empezamos a estudiar los síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios) y a ver cómo, cuando se enfrentan de una manera equivocada, pueden producir más problemas y mantenerse más tiempo.
Sin terminar mi tesis doctoral todavía, me presenté a dos plazas que habían salido en la Universidad de Almería y mi amiga Yolanda Alonso y yo las obtuvimos. Bueno Yolanda había quedado la primera en las dos y yo el segundo en las dos; así que, tendría que renunciar a una y, por eso, algo de rebote, entré en la UAL. Aquí conocía a Adolfo Cangas, investigador principal del grupo, que también había estudiado con Marino Pérez y que compartimos destino.
Me divertí muchísimo en los primeros años que pasé en la UAL. Era todavía joven (entré con 28 años) y empecé a conocer una universidad nueva, una ciudad con muchos rincones alucinantes, y una provincia maravillosa de la que sigo enamorado. Tuve la suerte de conocer en aquella época gente simpatiquísima y un poco loca, con la que yo me llevaba genial. En 2005 me casé y empezaron a llegar mis hijos, aunque la relación con la que ahora es mi exmujer creo que nunca fue demasiado buena.
Colaboré con investigadores muy buenos, con Salvador Perona del Hospital Virgen del Rocío, y fui conociendo, gracias a mi pertenencia a una Sociedad de Psicología, a las grandes figuras de la psicología del momento y algunos investigadores internacionales con prestigio. Seguí investigando en síntomas psicóticos y en algún punto me empecé a interesar por las drogas. Mi objetivo de investigación era principalmente entender el consumo de las drogas como una cuestión social, frente al modelo biológico dominante.
En la Universidad de Almería he ido también estudiando otras cosas que me han gustado: el uso del teléfono móvil, la enfermedad renal crónica, la personalidad, la terapia psicológica, el uso del humor para ayudar a las personas que tienen problemas de salud mental, etc. Tengo 4 hijos maravillosos (todo chicos) y 3 perros muy buenos. En ocasiones me he enfrentado con firmeza a determinadas situaciones en la universidad y fuera de ella. Ahora, que puede iniciarse una nueva época en mi vida, dudo de qué quiero investigar; pero me interesan más los problemas actuales de nuestra sociedad que los puramente psicológicos.
Un día en la vida de un científico
La curiosidad y la búsqueda de las respuestas que te interesan
Aficiones
Siempre me han encantado los animales y la naturaleza. Leí muchísimo y, si ahora tuviera algo más de tiempo, seguiría leyendo. Me gusta descubrir rincones de Almería perdidos, aunque cuando voy con mis niños a veces les asusta la carretera y acaban enfadados conmigo.
Centro o departamento
Departamento de Psicología
Línea de investigación en la que trabaja actualmente
Tratamiento de síntomas psicológicos mediante la aceptación