Formación

Pues creo que he estado desde pequeño en colegios por Sevilla. Con tres añitos ya iba a la guardería que estaba pegada a la casa de casa de mis abuelos. En primaria estudié en el Julio Coloma, que por aquel entonces era militar, así que no veas que manera de darnos caña en Educación Física.

La secundaria fue la peor época de mi vida, una auténtica pesadilla. Pero tuve la suerte de que en mi instituto, el Fernando de Herrera, me topé con una maravillosa profesora de Biología, curiosamente se llama Flora (vaya nombre para una profe de Biología, ¿eh?). Gracias a ella tuve la suerte de aprender la deducción, vamos que en vez de estudiar y vomitar lecciones como un loro, utilizara los conocimientos adquiridos para pensar en problemas y utilizar lo aprendido para llegar a soluciones. Junto a Flora, pasaron otros profes de Biología que afianzaron la idea del método deductivo, y ahí decidí que quería ser científico (un verdadero investigador de la naturaleza).

Así que tras pasar la prueba de acceso a la universidad sin pena ni gloria, tenía muy claro que quería dedicarme a la Biología. Y así pasé los siguientes ocho años, sí me lo tomé con mucha calma, en la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla. Donde tuve la oportunidad de ayudar a muchos investigadores en sus trabajos.

La crisis económica del 2007 (que no sé si aún no ha terminado) y el no conseguir una beca ni ningún trabajo hicieron que optase por realizar un Máster. En este caso, me fui a la Universidad Pablo de Olavide a realizar un Máster en Biotecnología Ambiental pues ya tenía el gusanillo de poder ayudar al planeta Tierra con los seres vivos que en ella viven, aunque sinceramente (y sin entrar en salseo), me decepcionó mucho la pasividad de alguno de los profesores que me dieron clase.

Un día en la vida de un científico

Pues si habéis visto (y si no os la recomiendo) la serie de The Big Bang Theory os podéis imaginar por dónde va mi vida. Vamos, que soy un tío normal y corriente. Me gusta levantarme temprano, pasear y dar de comer a mis bichos (adopta mascotas, no las compres). Luego llego al trabajo y mientras que me bebo un té y me como una fruta voy viendo que todo en el laboratorio funciona bien; y a la vez, voy organizando mis ideas y objetivos del días.

Hasta las diez o diez y media me pongo “a full” con lo que tenga entre manos. Pero a esa hora voy como los locos a hincarme una buena tostá y un café (¿o es que no sabéis que el cerebro necesita glucosa para funcionar?). Tras mi maravilloso desayuno y hasta la hora de comer vuelvo a enfrascarme en lo que toque hacer (que puede ser desde estar metido en el laboratorio, como analizar resultados de ensayos o escribir artículos -esto último se me da fatal-).

Por las tardes, si no hay mucha carga de trabajo, desconecto del curro. Así me encanta salir a caminar y hacer algo de ejercicio (la actividad física me ayuda a sentirme bien). Y para ir finalizando la jornada me pego una buena horita de juego a la Xbox (me flipan los Assassin’s Creed). Eso sí, antes de dormir (intento no engancharme a Tik Tok) me gusta leer una buena novela.

A todo esto hay que añadir que en mis findes, le doy mucha caña a mi segunda “profesión”, que es estar entre fogones para cocinar para mí y mi familia. Esta afición por un lado me relaja y por el otro lado me permite comer sano y no tener que quebrarme la cabeza con la comida entre semana.

Aficiones

Bueno, ya las habéis leído antes. Me encanta pasear por el campo disfrutando del frescor de la mañana, el olor a hierba mojada y el canto de las aves. Soy un friki del Señor de los Anillos, Star Wars y Assassin’s Creed así que veo (pelis y series), leo (novelas y comics) y juego (juegos de mesa, carta o videojuegos) que caiga en mis manos de esos temas.

Aparte me gusta mucho la lectura sobre Historia (es lo que me hubiese gustado estudiar si no fuese biólogo), pues creo que la única manera de no caer en los errores del pasado es conocer qué paso antes. en mis manos.

Por último, soy un cocinillas nato. No participaría en Master Chef, porque no me gusta la concina complicada, al revés me va lo simple. Pero la cocina es como estar en el laboratorio, y eso me relaja mucho. Además, siento que es mi mejor manera de expresar mi amor hacia las personas que quiero.

Centro o departamento

Departamento de Inoculantes del Instituto de Formación e Investigación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA)

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

Me encantan las plantas y su Ecofisiología, es decir, saber por qué se comportan de esa manera en la naturaleza. De ahí me llevó a plantearme a trabajar en la Fitorremediación que es el uso de plantas para descontaminar el medio ambiente.

Por suerte, conocí a personas que trabajaban con bacterias y la relación que estas células mantienen con cultivos. A partir de ahí entré en el mundo de la Microbiología, en concreto en la Interacción Planta-Bacteria y en la Biorremediación que es el uso de bacterias y/o plantas para descontaminar los destrozos que el humano hace en muchas ocasiones.