
Sergio Esteban Roncero
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Aeroespacial | Presencial
Cómo ser investigador en ingeniería aeroespacial siguiendo los consejos de grandes pensadores… y persiguiendo tus sueñosTecnoincubadora Marie Curie | PCT Cartuja | 10.30 horas
Formación
Desde pequeño tenía claro que quería dedicarme al mundo aeroespacial. Me fascinaban los aviones y soñaba con trabajar en este campo. Al mismo tiempo jugaba al tenis desde niño, así que mi infancia estaba entre la raqueta y los aviones.
Nací en Barcelona, aunque mis padres eran extremeños que emigraron allí. Cuando terminé lo que sería hoy la selectividad, en España solo se podía estudiar Ingeniería Aeronáutica en Madrid. En aquella época no era tan fácil mudarse como ahora, así que lo veía complicado. Por suerte, gracias al tenis tuve la oportunidad de conseguir una beca en Estados Unidos. Así que con 18 años, me fui a estudiar a Missouri y cumplí mi sueño: estudiar Ingeniería Aeroespacial.
En Estados Unidos hice el Bachelor of Sciences en Aerospace Engineering en 1999 y después el Master of Sciences en Aerospace Engineering. Fue una etapa muy intensa porque además de los estudios aprendí a vivir en otro país, otra cultura, y a trabajar duro para conseguir mis objetivos.
En Estados Unidos no era fácil que contrataran a extranjeros recién graduados en esa época. Así que decidí regresar y seguir mi carrera aquí. En Sevilla encontré el lugar perfecto: hice el doctorado en Automática, Robótica y Telemática en 2011 y terminé como profesor en el departamento de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Sevilla.
Desde entonces, enseño y trabajo en proyectos de investigación en aeronaves, UAVs y energías sostenibles.
Un día en la vida de un científico
Me suelo despertar temprano, desayuno fuerte para cargar pilas y aprovecho el viaje en bus a la Escuela para ponerme al día: respondo correos, leo noticias de ciencia o veo algún vídeo de formación en YouTube.
Cuando llego a la oficina empieza la verdadera maratón. El día está lleno de reuniones con estudiantes que trabajan en sus TFG, TFM o tesis doctorales, visitas a los laboratorios, preparación de clases y, cómo no, impartirlas. Paso de un sitio a otro dentro de la Escuela, y casi siempre voy corriendo porque hay muchos frentes abiertos: proyectos de investigación, coordinación académica, innovación docente… Nunca me aburro.
Al final del día, cuando cierran la ETSI, vuelvo a casa otra vez en bus. El camino de regreso lo aprovecho para terminar de contestar correos, escuchar música o seguir algún vídeo de divulgación. Y aunque paso muchas horas en la universidad, para mí es muy importante que la jornada termine en casa con la familia. A veces las obligaciones hacen que el horario sea largo, pero intento mantener el equilibrio: la vida académica y la vida personal tienen que ir de la mano.
Ser científico es apasionante, pero también hay que saber disfrutar del tiempo con los tuyos.
Aficiones
Fuera del trabajo, me gusta disfrutar de la música y soy un gran aficionado a las películas de ciencia ficción (sí, de esas en las que siempre hay naves espaciales, robots o futuros imposibles). También confieso que a veces me dejo “engañar” por mis estudiantes o compañeros para meterme en proyectos complicados… ¡y acabo pasándomelo bien con los retos!
Otra de mis aficiones es el bricolaje, porque me encanta construir cosas con las manos, desde arreglar algo en casa hasta probar inventos caseros. Aunque, siendo sincero, mi auténtico hobby es la investigación en la universidad: pensar, diseñar y probar ideas nuevas es un lujo que disfruto cada día. Podría decir que soy un poco “aerotranstornado”, alguien que nunca deja de soñar con aviones y proyectos aeroespaciales.
Centro o departamento
Ingeniería Aeroespacial y Mecánica de Fluidos
Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Universidad de Sevilla
Línea de investigación en la que trabaja actualmente
Actualmente trabajo en el diseño de aeronaves no convencionales, es decir, aviones y drones que no siguen el esquema clásico, y que usan tecnologías limpias como el hidrógeno o las baterías eléctricas. El objetivo es claro: que puedan volar de forma sostenible, segura y eficiente, como realmente queremos que vuelen en el futuro.
Gran parte de mi investigación se hace en el túnel de viento, donde probamos desde el comportamiento aerodinámico y propulsivo de las hélices hasta cómo afectan las fuerzas al diseño de alas y fuselajes. También estudiamos la estabilidad y las actuaciones (qué tan lejos, rápido o eficiente puede volar una aeronave) y desarrollamos procesos de fabricación de prototipos para poner nuestras ideas a prueba.