La calidad del aceite de oliva virgen es un tema muy importante en la alimentación pero a la vez muy poco conocido por los consumidores. El objeto de este desayuno es profundizar en el conocimiento de las variedades del olivo existentes en cada zona, como una clave diferenciadora de la identidad y tipicidad del olivar y los aceites de oliva producidos.

Tradicionalmente al aceite se le ha considerado como un condimento utilizado en la elaboración de los distintos platos y no como un producto muy rico sensorialmente hablando en el que podemos apreciar distintos descriptores con manzana almendra, hierba, etc. dependiendo de la variedad y del momento de recolección para obtener aceites de alta calidad.

En la provincia de Córdoba hay tres denominaciones de Origen Protegidas que son Baena, Priego de Córdoba y Lucena que reconocen la calidad de los aceites de olivar vírgenes de las variedades: Picuda, Picual, y Hojiblanca.

La mejor técnica para reconocer las distintas variedades es la cata de aceites en la que se detectan atributos sensoriales característicos de variedades como Picudo, Hojiblanca, Arbequina o Picual.

• Denominaciones de Origen y menciones de calidad de vinos
• Elaboración de vinos
• Elaboración de productos derivados del vino, como vinagre, concentrados, salsas, mermeladas…
• Tipos de vino y su elaboración
• Trabajos que se realizan en una bodega
• El laboratorio de la bodega

El olivar representa la formación vegetal predominante en Andalucía y una de las principales de España. Se trata de un elemento configurador de nuestro paisaje, de la cultura y de la economía de numerosas comarcas de nuestra comunidad. Como es bien conocido, la producción de aceite de oliva constituye una de las principales actividades económicas de Andalucía.

La superficie de olivar en Andalucía ha aumentado en más de 80.000 hectáreas durante la década 2005 a 2015, hasta superar el millón y medio de hectáreas (1.567.375), según datos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Destinándose la mayor parte de su fruto a la producción de aceite.

El sector olivarero andaluz ha hecho una apuesta clara por la calidad de la aceituna y por el aumento de la competitividad de las explotaciones. Así se están introduciendo nuevas técnicas de cultivo y sistemas de aseguramiento de la calidad como la producción integrada o el cultivo ecológico.

En el IFAPA de Cabra desde hace años se está colaborando con el sector a la modernización, adaptación de las estructuras productivas, e introducción de nuevas tecnologías del sector olivarero andaluz, mediante actividades de investigación, transferencia de tecnología y formación.

Las tecnologías han adquirido una gran importancia en el desarrollo de todas las empresas. Muchos sectores productivos (automoción, industria alimentaria, medicina…) llevan años aplicando estas nuevas tecnologías para mejorar producciones, ahorrar costes, reducir impactos sobre el ambiental (reducción de emisiones), con el fin de mejorar sus productos y la “vida” de sus clientes…

En este contexto, el sector agrario está ante una nueva revolución, la transformación digital de la agricultura. El uso de las nuevas tecnologías como son; sensores, satélites, TICs (tecnologías de la información y comunicación), sistemas de monitorización, big data, teledetección, drones, GPS… es una realidad en la agricultura, convirtiéndose en útiles herramientas que ayudan el desarrollo sostenible de nuestra tierra. En un futuro no muy lejano el concepto que tenemos de la agricultura va a cambiar.

Algunas cuestiones a debatir sobre las nuevas tecnologías:

• ¿Para qué se están utilizando? Aplicación real de las nuevas tecnologías.
• ¿Quién las desarrolla?
• ¿Se usan en el campo?
• Posibles ventajas e inconvenientes

El IFAPA centro de Cabra, desde sus inicios, colabora con el sector para fomentar la modernización, la adaptación de las estructuras productivas y la introducción de nuevas tecnologías en el sector olivarero andaluz, mediante actividades de investigación, transferencia de tecnología y formación.

Los vinos tradicionales andaluces más conocidos son los vinos generosos y de licor, que son vinos de alta graduación alcohólica. Los vinos finos, olorosos, amontillados y PX son unos vinos únicos en el mundo, ya que solo se producen en Andalucía y que, en muchos casos alcanzan una calidad difícilmente superable en su estilo. Sin embargo, el consumo de este tipo de vinos ha sufrido un importante descenso en los últimos 20 años, con una clara tendencia mundial hacia el consumo de otros vinos, sobre todo en los consumidores alejados de las zonas de producción y entre los más jóvenes.

Esta situación ha motivado en el sector vitivinícola la necesidad de adoptar diferentes estrategias como: la diversificación de la producción, adaptación varietal y mejora de las técnicas de cultivo, disminución de los costes de producción, mejora de la calidad final del producto y promoción y mejora de la comercialización. Andalucía ya no produce solo vinos generosos, sino que, a lo largo de toda su geografía, se producen vinos tintos, rosados, blancos jóvenes e incluso espumosos naturales.

El IFAPA Centro de Cabra desde hace muchos años está contribuyendo en la modernización, adaptación de las estructuras productivas, e introducción de nuevas tecnologías del sector vitivinícola andaluz, mediante actividades de investigación, transferencia de tecnología y formación.