José Manuel Espinosa Vázquez
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Biología | Presencial
Cómo ser investigador sin ser científico.Ctra. de Utrera, Km. 1, 41013 Sevilla
Formación
Mi periodo de EGB lo realicé en el colegio Manuel Canela en la barriada de La Oliva, un barrio humilde. Posteriormente me pilló el cambio de ley y tras 8º de EGB, comencé 3º de ESO y Bachillerato que lo cursé en el Instituto Ramón Carande en el Tiro de Línea, cerca del hospital Virgen del Rocío. Aquí es donde me decanté por las ciencias. Imagino que en parte porque me gustaba y en parte porque los mejores profesores que tuve pertenecían a este campo. El hecho de que eran los primeros años de la ESO hizo que experimentaran un poco con los cursos y las optativas y me tocó una que se llamó “Biología Molecular” que me fascinó.
En la universidad lo tenía muy claro y elegí Ciencias Biológicas. Fue una carrera que la disfruté muchísimo (en su mayoría, siempre hay asignaturas tostón) principalmente la bioquímica, la genética, genética molecular… Tras ellos comencé el periodo de doctorado en el Instituto de Recursos Naturales. Pero durante el tiempo que se supone que debes formarte como científico convirtiéndote en doctor, me dí cuenta que no quería ser científico de la manera en que está establecida en este país. Veía a mi jefe de entonces con labores de burócrata: conseguir proyecto, contratar gente, justificar proyectos… sin tiempo para entrar en el laboratorio. Ahí decidí contar la carrera científica y convertirme en técnico de laboratorio que podía estar todo el día “cacharreando” en el laboratorio.
Cuando terminé el periodo de doctorado pasé al Centro Andaluz de Biología del Desarrollo como técnico de laboratorio. Aquí dí con un nicho que parecía diseñado para mi. Todo el día en el laboratorio llevando a cabo experimentos, poniendo a punto técnicas… fue un periodo muy productivo del que estoy muy orgulloso.
Finalmente, debido a como está diseñado el trabajo para la administración, al sacarme la plaza de funcionario no podía seguir en el mismo puesto donde estaba siendo tan productivo. Pero pude entrar en el Instituto de la Grasa con nuevos desafíos y campos por explorar a los que todavía estoy adaptándome.
Un día en la vida de un científico
Lo mejor de la vida de un científico (o técnico como es mi caso) y es lo que me ha hecho mantenerme dentro es que es todo lo contario a rutinario. Soy una persona que se desmotiva sabiendo que todos los días el resto de mi vida laboral voy a hacer exactamente lo mismo. Pero en ciencia no hay zona de confort. Todos los días pueden ser diferentes, los proyectos cambian, las técnicas a utilizar cambian, los resultados cambian… y siempre son un desafío.
Aficiones
Aficiones tengo muchísimas más que tiempo para practicarlas. Me gustan los videojuegos, la lectura, las artes marciales, el senderismo, salir de fiesta…
Centro o departamento
Pertenezco al departamento de Biotecnología de Alimentos del Instituto de la Grasa. Concretamente, estoy adscrito a la Unidad de Microbiología.
Línea de investigación en la que trabaja actualmente
Actualmente, estamos buscando tratamientos de residuos de granjas para producir BioGás. Normalmente en este tratamiento se produce un enriquecimiento de las bacterias resistentes a los antibióticos que se les dan a los animales en las granjas. El residuo tras el tratamiento, sirve de enmienda para el campo con el consiguiente peligro de esparcir instrucciones para resistir antibióticos por el campo. Estamos mejorando esa producción de BioGás para eliminar también los genes de resistencia a antibióticos.