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Fotografía de Pablo Martínez Angulo

Pablo Martínez Angulo

Universidad de Córdoba

Formación

Estudié en el CEIP Mirasierra, del barrio Parque Azahara. De ahí, estudié en el IES Medina Azahara, en la Avenida Gran Vía Parque y, tras ello, realicé mis estudios en el Grado en Enfermería de la Universidad de Córdoba, donde actualmente formo parte del Personal Investigador y Docente, investigando e impartiendo clases.

Por otro lado, también completé mis estudios de Máster Oficiales (Investigación en Ciencias de la Salud por la Universidad de Jaén; Bioética por la UNIR) y de Doctorado (Programa de Lenguas y Culturas, con mención internacional y Premio Extraordinario de Doctorado).

Un día en la vida de un científico

Así es (a grandes rasgos) un día mío como docente y científico (porque sí, son dos caras de una misma moneda) en Enfermería:

Empiezo temprano, con un café y la libreta de campo abierta. Reviso el plan del día y una pregunta guía: ¿qué problema real vamos a comprender mejor hoy para cuidar mejor mañana? En la primera hora voy con pasión a clase: pulimos conceptos de ética profesional en enfermería y, sobre todo, los aterrizamos en casos reales. En el aula no “doy” contenidos: los ponemos a prueba. Diseccionamos decisiones, buscamos sesgos en nuestra práctica profesional, ensayamos preguntas clínicas que no hieran y, cuando toca, debatimos con método.

Después llega el laboratorio silencioso: analizo un fragmento de entrevista, codifico significados, dibujo relaciones y redacto resultados de investigación. No hay magia: hay método, paciencia y una curiosidad obstinada por entender cómo viven las personas la atención que reciben. Ah, por supuesto, a media mañana, reunión breve con estudiantes de TFG/TFM: afinamos objetivos, definimos muestreos posibles, cuidamos la ética y la viabilidad.

La tarde suele traer territorio. Visito un recurso comunitario o un servicio donde realizamos el estudio. Presento el proyecto, obtengo consentimientos informados, converso, observo, tomo notas. La ciencia, aquí, tiene rostro y contexto. De vuelta al despacho, convierto materiales en conocimiento: sintetizo hallazgos, discuto con el equipo, escribo otro párrafo más y respondo a revisiones de revista (a veces duele; siempre enseña). También reviso un manuscrito ajeno: la comunidad científica se sostiene corrigiéndose con rigor y respeto.

Cierro el día preparando una dinámica para “Café con Ciencia” o una pieza divulgativa: trasladar lo aprendido a quien lo necesita, por medio de mi Instagram de divulgación @filocuido. Antes de apagar, dejo por escrito la siguiente pregunta y el primer paso para responderla. Así, la ciencia no se detiene cuando yo descanso.

No es una vida de bata blanca permanente ni de epifanías continuas. Es un oficio: pensar con método, escuchar con respeto, escribir con claridad y devolver a la sociedad algo mejor de lo que recibimos. Si te interesa trabajar con datos, con personas y con propósito, hay sitio. ¿Te vienes?

Aficiones

Me encanta escribir poesía, y leerla. También me gusta mucho la música y el ejercicio físico para mí es imprescindible. Por otro lado, unos planes sencillos, como un paseo entre la naturaleza, una excursión a cualquier sitio desconocido o un café con alguien a quien estimo, son pequeños grandes placeres para mí.

Centro o departamento

Mi lugar de trabajo es el Departamento de Enfermería, Farmacología y Fisioterapia, que se ubica en la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad de Córdoba.

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

Investigo cómo podemos cuidar mejor a quienes están en situación de vulnerabilidad y qué podemos cambiar en la práctica diaria para que nadie quede fuera de la atención sanitaria: desde una perspectiva de la ética del cuidado y de investigación cualitativa, mediante la cual comprendo las percepciones y vivencias de grupos de personas que necesitan ser atendidas, y cuidadas.

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