• Modelos de integración de energías renovables en la Sociedad
• Diseño de nuevos componentes para sistemas fotovoltaicos: células solares y baterías
• Diseño de filtros ópticos para adaptar la radiación solar a las células solares

La agricultura es una actividad cada vez más competitiva, desde un punto de vista económico y también medioambiental, con mercados cada vez más exigentes y especializados buscando productos de calidad obtenidos con prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. La escasez de ciertos insumos (p.e. agua) unido al creciente coste de la energía y las materias primas está generando importantes desafíos al sector. Veremos como la utilización de tecnología y herramientas digitales puede contribuir a optimizar el uso de los insumos empleados en la agricultura, conviertiéndola en una actividad más sostenible desde el punto de vista ambiental y también económico.

El riego de las plantas, de los cultivos, requiere cada vez más agua. La población crece y necesita alimentos, tejidos,… que a su vez requiere cada vez más agua. Nuestro planeta tiene el agua limitada, y con el cambio climático este recurso será cada vez más limitado. En nuestro trabajo, el equipo de HidroSOS, intentamos aprovechar el agua al máximo, para que los cultivos produzcan adecuadamente y los agricultores empleen solo la cantidad de agua necesaria. Estudiamos los cultivos: las plantas, su fisiología, para conseguir buscar metodologías sencillas que ayuden a los agricultores a mejorar el uso del agua. Al mismo tiempo, estudiamos la calidad de esos productos. En algunos casos con menos agua se puede mejorar la calidad de algunos alimentos, tratamos de estudiar esas relaciones, para poner en valor esos productos.

El agua es un bien escaso, especialmente en nuestra zona pero por otro lado es indispensable para la producción agrícola. Esto supone que tiene que haber un equilibrio entre la disponibilidad que tenga el agricultor y su uso. La agricultura es el mayor consumidor de recursos hídricos pero tambien es preciso para otros usos como el lúdico o el abastecimiento básico de la población. Esto supone que debemos ser muy precisos en el manejo del riego. La baja disponibilidad de agua supone que muchos cultivos tengan que regarse deficitariamente, es decir, con menos agua de la necesaria, produciendo condiciones de “estrés hídrico”. Como podemos manejar este estrés hídrico y convertirlo en un beneficio para el agricultor será el tema de conversación que tendremos.

El agua es un bien escaso, especialmente en nuestra zona, pero por otro lado es indispensable para la producción agrícola. Esto supone que tiene que haber un equilibrio entre la disponibilidad que tenga el agricultor y su uso. La agricultura es el mayor consumidor de recursos hídricos pero hay otros usos importantes como son el abastecimiento de la población, el uso industrial o el lúdico. Para tratar de hacer un uso eficiente del agua de riego debemos ser muy precisos en su manejo. La baja disponibilidad de agua supone que muchos cultivos tengan que regarse deficitariamente, es decir, con menos agua de la necesaria, produciendo condiciones de “estrés hídrico”. Cómo podemos manejar este estrés hídrico y convertirlo en un beneficio para el agricultor será el tema de conversación que tendremos.

Actualmente los drones se han puesto muy de moda. Pero más allá de su uso recreativo, estos equipos pueden ayudar y mucho a mejorar antiguas labores, como por ejemplo en la aplicación de plaguicidas, en la identificación de frutos o enfermedades, en la localización de problemas derivados del riego. Estos equipos no solo sirven para hacer fotos: pueden ayudar a generar modelos tridimensionales, pueden aplicar productos de modo muy localizado, pueden indicar posiciones muy precisas, etc. Lo hemos visto durante todo el fenómeno del volcán de la Palma. Pero llegar a que esos equipos puedan dar ese tipo de servicio requiere de mucha formación y evolución en tecnologías afines a estos aparatos:

• Estaciones totales y GPS.
• Teledetección e imágenes satélite.
• Fotografía digital, etc

Las aves se reproducen mediante huevos fecundados que en la naturaleza y en la cría casera incuba la madre proporcionándoles calor, para lograr el desarrollo embrionario que producirá los pollos que luego serán criados. Pero en la granjas, la incubación por la madre se sustituye por la incubación artificial en incubaboras, por una serie de razones (¿cuáles?). La incubación de los huevos de distintas especies de aves tiene duración diferente (¿algunos ejemplos?). Antes de incubar los huevos, en las plantas de incubación se seleccionan los de calidad adecuada (¿cómo se hace esa selección?), y se conservan un tiempo hasta que vayan a incubarse (¿cómo se conservan? ¿En qué condiciones o cuánto tiempo?)). Durante la incubación hay que programar la incubadora para que proporcione los parámetros ambientales (temperatura, humedad, volteo, renovación del aire) (¿qué valores se eligen?)) que den una máxima eclosión de los huevos, pues la variación en los valores de dichos parámetros puede afectar (¿cómo?). La incubación se divide en dos fases (¿por qué? ¿Cuánto duran?), y al término de la primera se controla qué huevos tienen desarrollo embrionario y cuáles no (¿cómo se hace ese control?). Cuando se produce la eclosión también se realiza un manejo adecuado para maximizar la viabilidad del pollito (¿cómo es ese manejo?), y se analizan las causas de fracaso en la eclosión de los huevos que no llegan a abrirse (¿cómo se hace ese análisis?).

Cuando Henning Brandt descubrió el P en 1669 fue un error. Pero éste fue un descubrimiento científico muy importante. El estaba buscando oro.
Los recursos de fósforo son relativamente abundantes en todo el mundo y sus reservas son importantes. Hoy día científicos como Antonio delgado García (US) o Kimberely Schneider del Agrifood de Canadá, aseguran que existe una acuciante necesidad de aumentar la eficiencia en el ciclo del P, lo que nos lleva a su economía circular.
En primer lugar, las reservas de roca fosfórica en la UE son pequeñas. En segundo lugar, la reciente volatilidad de los precios —en 2008, los precios de la roca fosfórica aumentaron en un 700 % en poco más de un año— ha contribuido a aumentar el precio de los abonos. En tercer lugar, existe poco margen para modificar los usos menos importantes del fósforo, puesto que el uso esencial de piensos y abonos consume ya en torno al 90 % de los recursos totales extraídos. La mejora del uso del fósforo reciclado en la UE y en  el  resto  del  mundo  ayudaría  a  salvaguardar  el  suministro  de  esta  materia  prima fundamental y a promover una distribución más equitativa de la misma tanto a escala regional como  mundial.  El uso actual del fósforo es ineficiente en muchas etapas de su ciclo de vida y ese es el origen de algunos  problemas  de  contaminación  del  agua  y  despilfarro  de  muchos  otros  recursos asociados. Contaminantes como el cadmio y el uranio en las materias primas pueden causar además problemas sanitarios y medioambientales. Independientemente del volumen total de fosfato mineral disponible y de los aspectos relacionados con la seguridad de su suministro, esos beneficios justificarían por sí solos la adopción de medidas para aumentar la eficiencia en la  utilización  y  el  reciclaje  del  fósforo.  Las iniciativas  emprendidas  en  este  sentido llevarían también aparejadas otra serie de ventajas; por ejemplo, una mejor gestión del suelo comportaría beneficios para el clima y la biodiversidad.