Alberto Torrejón, investigador de la Universidad de Sevilla: «Participar en un Café con Ciencia despertó mi interés por las matemáticas»
Nacido en Los Barrios (Cádiz), este joven experto en Matemáticas y Estadística por la Universidad de Sevilla es un claro ejemplo de que asistir a actividades de divulgación científica motiva a los estudiantes a interesarse por la ciencia. Este es el objetivo de proyectos como Café con Ciencia, iniciativa que Fundación Descubre puso en marcha hace más de una década y que organiza cada año en toda Andalucía de la mano de universidades y centros de investigación y divulgación científica.
Arquitecto, periodista… cuando era pequeño, Alberto barajaba estas opciones como posibles profesiones que le gustaría desempeñar cuando fuera mayor. Nunca pensó que acabaría siendo matemático e investigador. El ‘detonante’ de esta decisión la empezó a tomar tras salir del Aulario La Bomba (curiosidades de la vida) de la Universidad de Cádiz, donde se celebró un Café con Ciencia al que este joven de Los Barrios acudió junto a toda su clase de 1º de Bachillerato.
Esta experiencia le marcó su futuro y hoy se dedica a formular y resolver problemas combinatorios complejos que tienen aplicaciones en diversos campos, como la logística, el transporte, la localización de recursos, la construcción de algoritmos justos, el análisis de datos, etc.
Pregunta. Hace 10 años participaste en un Café con Ciencia que influyó en tu formación académica. ¿Conocías la actividad antes de asistir?
Respuesta. Un día mientras estábamos en clase en el instituto nos dijeron que podíamos asistir en Cádiz a un Café con ciencia, pero ni mis compañeros ni yo no sabíamos en qué consistía. Los profesores nos explicaron que era una charla informal con un investigador y nos animamos a ir. Eso fue hace más de una década y hace unos meses, ya trabajando en la Universidad de Sevilla, me llamaron para participar, esta vez como docente, y dije que sí sin pensarlo. No sólo conocía cómo es esta actividad de divulgación científica, sino que tenía ante mí la oportunidad de vivirla desde el otro lado.
P. ¿Qué recuerdas de ese Café en el que participaste como alumno?
R. Recuerdo que lo impartió José Piñero, entonces un joven doctorando de Física de la Universidad de Cádiz, y que llevó la tesis que acababa de presentar su compañera de departamento y una piedra. Me sorprendió que fuera a apoyar su charla en estas dos cosas. Nos contó cómo era su día a día y alguna curiosidad más sobre su vida mientras desayunábamos. De repente, Piñero hizo girar la piedra sobre la mesa en la que tomábamos el café y se iba parando por el rozamiento. Pero le cambió el sentido y la piedra seguía en movimiento. Eso nos llamó mucho la atención y recuerdo que nos emplazó a vernos en la Universidad cuando termináramos de estudiar Bachillerato si queríamos conocer la respuesta a aquello que estábamos viendo.
P. ¿Cómo calificarías tu paso como alumno y ahora también como investigador en un Café con Ciencia?
R. Es una experiencia muy gratificante. Aprendes mucho, de un lado y de otro. y la vez una gran responsabilidad. “Mientras hablaba con los estudiantes que vinieron al primer Café veía en ellos a muchos Albertos de hace 10 años. Espero que aprendieran y disfrutaran mucho. Yo lo hice y pude ponerme durante una hora en la piel de lo que sentiría Piñero. Una vez más, ha sido una vivencia inolvidable que me hecho recargar pilas y proponerme nuevas metas que alcanzar”, asegura.
P. Tras cursar tus estudios en Matemáticas, buscaste trabajo en el sector privado, pero has vuelto a la Universidad.
R. Si, terminé la carrera y seguí con mi formación cursando un Máster Universitario en Matemáticas también en la Universidad de Sevilla. Después, empecé a trabajar en una empresa, donde aprendí muchísimo. Sin embargo, siempre me ha gustado resolver problemas, responder preguntas y por eso decidí volver a la Universidad para dedicarme de lleno a la investigación en Matemáticas, concretamente en la rama de Estadística e Investigación Operativa.
P. ¿Recomendarías a un estudiante participar en un Café con Ciencia?
R. Por supuesto. Es una experiencia a la que los estudiantes suelen ir sin expectativa alguna, seguro que más de uno se dirá antes de ir: “¿desayunar mientras me hablan de ciencia? Para qué si ya he desayunado…”. Es cuando se encuentran cara a cara con las caras de la ciencia (valga la redundancia) cuando se dan cuenta de que todo eso que parece muy complejo y que parece estar tan alejado de su día a día, no es así. Está mucho más cerca, justo allí, delante de ellos. Así que sí, animo a todo estudiante a participar si tienen la oportunidad, incluso si ya sabe que la ciencia no parece que vaya a formar parte de su camino en la vida. De hecho, igual lo acaban descubriendo allí.
P. ¿Qué consejo le darías a un estudiante para despertar su vocación científica?
R. Nunca he sido de dar consejos, pero puedo hablarles desde la (poca) experiencia que tengo por el momento. Despertad en vosotros la semilla de la curiosidad y estad dispuestos a esforzaros porque esta no se marchite. La curiosidad es la que te permite que si no entiendes algo, por muy exhausto que estés, puedas echar un rato más intentándolo, un día más, un tiempo más. Lo que suele ocurrir cuando te das tu tiempo y eres constante… acabas entendiéndolo. Por otra parte, la investigación, y sobre todo la científica, no es fácil y no suele dar resultados a corto plazo (a veces ni a largo). La frustración y el miedo van a ser amigos constantes en tu camino. Aprended a que estos te aporten y no te destruyan. Aun cuando parece que vas perdiendo contra tu problema, que no tienes resultados, estarás progresando.