Formación

Desde que era muy pequeña me han fascinado los volcanes, cada vez que veía fotos o videos de volcanes tenía más claro que quería dedicar mi tiempo a estudiarlos. Así que cuando tuve que elegir qué línea seguir, tenía claro que iba a ser la de Ciencias. Comencé estudiando Geología en la Universidad de País Vasco, porque aunque ahora esté trabajando en Granada, soy de un pueblo cerquita de Bilbao. Sin embargo, mi pasión por los volcanes hizo que consiguiera una beca para hacer un curso en Granada, donde había un profesor que estudiaba volcanes.

Después de un curso trabajando con él, decidí que quería seguir trabajando con él y así fue como acabé la licenciatura en Geología, el máster en Geofísica y el doctorado en Ciencias de la Tierra en la Universidad de Granada. A partir de ahí, he estado viajando por Italia, Japón, Estados Unidos e incluso por la Antártida estudiando volcanes activos.

Un día en la vida de un científico

La mayoría de mi tiempo lo paso en la universidad, entre mi despacho y las aulas, donde compagino investigación y docencia. A pesar de que todos los días pudieran parecer iguales, la verdad es que no tengo un día igual. Sí que es cierto que la mayor parte de mi trabajo lo desarrollo en mi despacho de la facultad de Ciencias, pero durante el día realizamos diferentes tareas.

Lo primero que hago por la mañana es sentarme y responder los mensajes que tengo pendientes. Los mensajes pueden ser de alumnos, otros profesores o incluso de la prensa. Durante la crisis volcánica de La Palma hemos mantenido una relación muy estrecha con los periodistas.

Una vez respondidos todos los mensajes, si tengo que impartir alguna asignatura lo primero que hago es prepararme la clase del día. Una de las cosas que siempre hago es mirar las noticias para incluir recientes erupciones en las clases, para después discutirlas en clase.

Los días que no tengo clase hago diferentes cosas: redacción y revisión de artículos científicos, preparación de datos para su análisis, adecuación de los códigos para analizar los datos, discutimos los últimos resultados obtenidos, etc.

Además, tenemos la gran suerte de poder trabajar en el campo. Este último año, por ejemplo, he participado en campañas de campo en la isla de La Palma, donde hemos instalado más de 200 estaciones sísmicas para conocer la estructura interna de la isla. He tenido la gran suerte de estar en volcanes como el Asama y Fuji en Japón, el Etna y el Stromboli en Italia o en el volcán Santa Helena de Estados Unidos, y por supuesto, en las Islas Canarias, también durante las erupciones de El Hierro y La Palma.

Lo que más me gusta de nuestro grupo de trabajo es que hacemos todo en grupo, nos ayudamos mucho. Si alguno de nosotros ha obtenido resultados, nos sentamos todos juntos y los discutimos. También, cuando alguno de nosotros tiene una presentación importante, nos involucramos todos en ayudarle. La verdad es que no concibo hacer ciencia de otra manera que no sea trabajando en equipo.

Aficiones

Pero no todo son volcanes. Cuando estaba estudiando Geología, pasaba los veranos en excavaciones paleontológicas buscando huesos de dinosaurios. Además, desde los 6 años y hasta que comencé a viajar mucho he practicado kárate, ¡desde los 16 años soy cinturón negro!

Además, cuando estoy muy estresada o agobiada, me relajo cocinando. Lo que más me divierte es cocinar postres, sobre todo galletas de mantequilla. Y también me relaja mucho pintar con acuarela.

Y lo que más me gusta de todo es viajar y afortunadamente con mi trabajo, tengo la suerte de viajar a diferentes lugares del mundo. Este último año, además de trabajar en la isla de La Palma, he viajado a Alaska, Viena (Austria) y Atenas y Corfú (Grecia).

Centro o departamento

Además de trabajar en el departamento de Física Teórica y del Cosmos, dentro del área de física de la Tierra de la UGR, también trabajo en el Instituto Andaluz de Geofísica.

Línea de investigación en la que trabaja actualmente

Estudiar los eventos sísmicos que ocurren en los volcanes nos puede dar mucha información sobre la estructura interna de los volcanes, pero también para poder realizar predicciones de erupciones volcánicas.

Durante muchos años he centrado mi trabajo en estudiar los volcanes por dentro. Consiste en utilizar los terremotos que ocurren en los volcanes para realizarles una radiografía, más concretamente un TAC, ¡como en medicina! Con esta técnica podemos ver las estructuras volcánicas, si existen cámaras magmáticas, etc.

Cuando volví a Granada después de estar estudiando volcanes japoneses y americanos he comenzado a trabajar también en la predicción de erupciones volcánicas. Para ello, utilizamos técnicas de inteligencia artificial para estudiar grandes volúmenes de datos. Analizamos muchísimas características de las señales sísmicas para conocer si algo cambia antes de las erupciones volcánicas, y así, poder predecir erupciones futuras.

Además, también realizamos campañas de campo. Muchas veces debemos de ir a los volcanes a instalar instrumentación, estaciones sísmicas, para poder registrar eventos sísmicos que estudiaremos más adelante; tanto para conocer su estructura interna como para predecir futuras erupciones.